AIMSUN COMO HERRAMIENTA PARA LA PLANIFICACIÓN DEL TRÁNSITO

por Gabriela Alvarez

Hoy en día el parque vehicular crece a un ritmo acelerado. Guadalajara desde el año 2000 ha triplicado este número, pasando de tener un 1 millón 300 mil vehículos registrados a tener 3 millones 429 en el año 2016[1]. La mayoría de las vialidades de nuestra ciudad se encuentran rebasadas en cuanto a capacidades viales nos referimos, esto debido a la alta demanda y concentración que existe, trayendo como consecuencia sistemas saturados o con demoras excesivas.

Actualmente la población se mueve de diferentes maneras, ya sea caminando, en transporte público o privado, y tomando cada día mayor auge e importancia, en bicicleta. Este tipo de movilidad modal nos obliga a realizar análisis más completos e incluyentes, para así ofrecer soluciones integrales no solo enfocada hacia los vehículos, sino a todos los tipos de desplazamientos que se puedan generar

Ante este escenario, es necesario contar con herramientas más eficientes para el estudio y planeación de las ciudades en el tema de la movilidad urbana. El simulador Aimsun se posiciona como un software que nos permite realizar análisis de las redes viales de todo tipo, a cualquier escala y nivel de complejidad, es decir, se puede modelar desde una intersección vial hasta toda una región. Esto se logra cargando información real como datos de aforo origen destino, números y ancho de carriles, fases y tiempos en cruceros semaforizados, paraderos de transporte público, clasificación de automóviles, capacidad de carriles, velocidades, preferencias de paso, pasos peatonales, redes ciclistas, etc. Es decir, el simulador nos ofrece cargar tipos de vehículos, peatones o ciclistas, todos interactuando a la vez para así tener escenarios más reales donde podemos calibrar estos datos para buscar el nivel óptimo para los desplazamientos que buscamos.

Esta herramienta nos ayuda en la planificación de tránsito y transporte en todas las formas de desplazamiento.

Su principal ventaja es la de poder “predecir” el impacto que va a tener la construcción de cualquier desarrollo, ampliación o modificaciones a las geometrías viales existentes, dándonos la oportunidad de buscar las mejores soluciones al sistema, viéndolo de forma integral y no puntual.

Entre sus características nos ofrece realizar una evaluación cuantitativa dando como resultados niveles de servicio, tiempos de demora, densidades que pueden ser por intersecciones, tramos o por sistema. Podemos importar redes cartográficas desde Street Maps, AutoCad, GIS o incluso una imagen satelital. El modelo lo podemos visualizar en planta lo cual resulta muy cómodo para trabajar, pero también nos ofrece poder crear una visualización en 3D, que, aunque básico, resulta interesante al poder ver la interacción entre los diferentes modos de desplazamientos que se puedan dar en los puntos simulados.

Durante más de una década, EPS Vial ha utilizado este software para la realización de las simulaciones dinámicas del tránsito, como parte de los servicios que ofrece para un análisis más completo de los proyectos de infraestructura vial de las ciudades.

Como profesionistas estamos obligados a buscar la utilización de nuevas herramientas que ayuden a buscar la mejor opción para nuestras propuestas, herramientas que ayuden a ofrecer propuestas sanas e incluyentes para nuestra ciudad.


[1] Datos del INEGI, recopilados por el Instituto de Información, Estadística y Geografía de Jalisco

INFRAESTRUCTURA RESILIENTE

Por Ing. Octavio Rosales Preciado

Infraestructura resiliente y ciudad

No se puede concebir una ciudad sin infraestructura, ya que conforma la parte elemental para que una ciudad dote de los servicios necesarios a la población, para que estos se muevan por ella y realicen sus actividades de manera placentera; es por medio de ella que se realizan los intercambios comerciales y se abastecen a las ciudades de recursos. La infraestructura en la ciudad considera aquellas como la hidráulica, toda la que tiene que ver con el desahogo o el suministro de agua potable, las vías terrestres de comunicación, la red eléctrica, etc.


Infraestructura lista para la adaptación a los fenómenos naturales propios de las ciudades “

La tecnología y las necesidades de hoy en día han generado que se piensen en nuevas formas y modelos de materiales de construcción para las vías terrestres, es decir, se comienza a vislumbrar un modelo de ciudad resiliente, entendiendo la resiliencia en la infraestructura como la capacidad de los materiales para recuperar su estado original después de un evento perturbador a la infraestructura. He aquí la importancia de adoptar buenas prácticas urbanas, metodologías y tecnologías acordes a las nuevas necesidades de las ciudades.

Infraestructura vial y catástrofe natural

La infraestructura vial, específicamente la red vial, es tan importante para el día a día de una ciudad como en eventos catastróficos: terremotos, ciclones, inundaciones, incendios, etc. Se convierte en el medio para llevar a cabo acciones de reacción de los cuerpos de protección civil y urgencias. Si bien esto podría parecer algo bastante obvio, la realidad es que en la mayoría de las ciudades del mundo las vías terrestres son las primeras en verse afectadas y en ocasiones quedar inservibles después de la ocurrencia de una catástrofe, generando que las tareas de rescate por parte de las autoridades sean más complicadas. Los ciudadanos quedan atrapados por no tener los medios para desalojar la ciudad o zona del evento.

De aquí la importancia de diseñar la infraestructura vial de acuerdo con las necesidades, no solo de movilidad, sino también en eventos naturales. Este diseño debe de ir de la mano de la planeación urbana, para generar zonas de absorción de impactos, áreas libres de urbanización en reservas naturales y radios de protección en zonas cercanas a volcanes activos entre otras. Dicho de forma distinta, se debe crear la infraestructura vial necesaria y adyacente a estos caminos para que en los momentos más apremiantes de un evento natural se puedan tomar como rutas alternas.

Recuperación del espacio y medio natural

Uno de los impactos más notorios observado en las ciudades por el cambio climático es la intensidad de las lluvias, que en combinación con la voraz urbanización y la construcción de edificios cada vez más altos bajo la idea de redensificar las ciudades, pueden generan estragos catastróficos como las inundaciones a las poblaciones. Es común ver que las vialidades se conviertan en ríos arrasando lo ­que esté a su paso: vehículos, muebles, animales, personas, lo que resulta muy lamentable. Las corrientes que se forman no son otras, sino aquellas que existían antes de la construcción de vialidades, y que obedecen a la pendiente topográfica y la cuenca por la que antiguamente pasaba ese cuerpo de agua.

En 2003 en la ciudad de Seúl, Corea del Sur, dieron a conocer un proyecto inusual y nunca antes visto: derribar una infraestructura vial, la cual en su momento fue un símbolo de progreso y modernidad, para rescatar el rio Cheong Gye, que en la década de los cincuenta había sido entubado para crear la infraestructura vial, y de esta manera, dejar de lidiar con inundaciones y contaminaciones que este generaba, ya que se había convertido en una especia de drenaje a cielo abierto. En su momento, las autoridades tomaron la decisión de tapar el río y en lugar de él construir infraestructura vial, ante el temor de la propagación de alguna epidemia por cuestiones de salubridad del río. Ya en el presente milenio, el proyecto anunciado por la alcaldía de Seúl resultó totalmente novedoso. Priorizó el factor medioambiental por encima del económico. Derribar la infraestructura vial para recuperar el río y de esa manera generar infraestructura social, ofrecer un nuevo espacio público a través de un parque lineal que corre a lo largo del río, y lidiar con las inundaciones resultó ser una estrategia acertada, la cual ha traído grandes beneficios a la ciudad de Seúl.

Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 – Infraestructura

Dentro de los objetivos de la Agenda 2030 que se plantea la ONU, en el objetivo 11.5 hace mención en reducir el número de muertes causadas por desastres, incluidos los relacionados con el agua, y de las personas afectadas por ellos. Dentro de este objetivo y teniendo en cuenta que, según proyecciones del mismo Organismo, para el año 2030 más del 70% de la población mundial vivirá en zonas urbanas, se deben de planear las ciudades con infraestructura resiliente, infraestructura lista para la adaptación a los fenómenos naturales propios de las ciudades, con la finalidad de que tengan los suficientes elementos preventivos para hacer frente ante cualquier acción que se pueda presentar por el cambio climático cada vez más latente.

Cada vez son mayores los ejemplos en donde la implementación de tecnología en la infraestructura vial se hace presente, construcción de calles con materiales ecológicos y permeables, como vías urbanas con sistemas de iluminación solares, carpetas de rodamiento con celdas fotovoltaicas, ciclovías hechas con materiales reciclados, mejoras al diseño urbano para la captación y filtración de agua pluvial, etc.

Si bien hace falta mucho por hacer en este tema, las soluciones se están generando, es cuestión de definir el modelo de ciudad sustentable y hacía donde se quiere llegar para que cada proyecto de ciudad no lo conformen obras aisladas, sino que se traten de piezas de un puzzle de una ciudad resiliente y sustentable.